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El deseo natural de la mujer de sentirse a gusto consigo misma hace que muchas mujeres se sienten incómodas, e incluso desarrollan complejos, debido a que su pecho no se ajusta a su propio ideal estético.
Los problemas más comunes que trata la estética de los senos son el exceso de volumen, la caída excesiva y la falta de desarrollo mamarios.

La cirugía aporta soluciones específicas para cada caso:

Reducción mamaria

Se trata de la intervención más habitual dentro de las operaciones de los senos. En muchos casos no se trata solo de motivos estéticos sino también de salud, ya que una sobrecarga de peso en los pechos puede afectar la columna vertebral.
El exceso de volumen se reduce mediante la extirpación de grasa y piel sobrantes, y se eleva la altura del pezón.
De este modo se reduce el tamaño del seno, dándole la forma y turgencia deseadas.
Cuando el volumen es exagerado y las mamas se prolongan hasta las axilas, no tienen separación en el escote y tienen una caída muy superior a la normal. En estos casos se aplica la misma reducción, pero la cicatriz resultante es mayor.

Elevación del pecho caído

La caída de los senos se debe principalmente al exceso de volumen, aunque es también frecuente tras varios embarazos por la laxitud de la piel.

La corrección consiste en elevar la areola y el pezón dando turgencia y forma al seno. Se reduce la piel excesiva; se trata de recolocar los senos, elevarlos y darles la mayor turgencia posible. El resultado es un pecho firme y bien formado.

Aumento de volumen

Se trata de una intervención sencilla con un postoperatorio fácil. Se realiza mediante el uso de prótesis de gel de silicona. Produce unos resultados excelentes y es una de las intervenciones más agradecidas en cirugía estética.

 

 

 

 

 

 

 

 



 


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